miércoles, 23 de septiembre de 2015

MAESTRO DE CEREMONIAS






Es el Oficial de la Logia encargado de advertir y de dirigir el ceremonial que debe observarse en los trabajos, fiestas, banquetes y demás ceremonias que se acostumbran en una Logia.

El Maestro de Ceremonias deberá hacer un estudio profundo y concienzudo del simbolismo, de la doctrina y muy especialmente de la liturgia, practicas, usos, costumbres y ceremonias universalmente admitidas y practicadas en los distintos ritos y por las distintas potencias sobre la tierra.
El taller deberá consultarle siempre en todo lo que tenga relación con el ceremonial, puesto que los Maestros de Ceremonias son los especialmente encargados, tanto dentro como fuera del Templo, de hacer los honores en nombre del mismo.
En el cubo central a la izquierda y cerca del Venerable Maestro y dando frente al Primer Diacono, se encuentra el sitial del Maestro de Ceremonias, así mismo pide la palabra al Primer Vigilante.
Sus labores provienen de las que fueron encomendadas a los STEWARD en su primera reunión en York en el año 926.

El cargo de Maestro de Ceremonias, puede considerarse similar a Chambelán,  Gran Mayordomo o Instructor de Embajadores y Jefe de Protocolo y ha tenido sus equivalencias en las cortes de los primeros reyes. A.G. Mackey, al referirse sobre la llamada Constitución Gótica al tratar sobre los Steward dice: Se encargará de lo concerniente a la hora del Refrigerio; que cada hermano debidamente retejado ocupe su lugar, rindiendo cuenta verdadera y correcta de los fondos para gastos y cuidando de la corrección y comportamiento de la comunidad.
Se deduce que este puesto llenaba los cargos que no existían en aquella época: Maestro de Ceremonias, Maestro de Banquetes y Retejador hoy cubiertos por el Maestro de Ceremonias y Guarda Templo Exterior.

Las labores de este Oficial, son:

v  Dirigir el ceremonial, cumplir y hacer cumplir todo el ceremonial masónico.
v  Comprobar que el Templo se halla debidamente arreglado y provisto de los ornamentos y Joyas necesarias para los trabajos.
v  Cumplir con escrupulosidad todo lo que sea ordenado por el Venerable Maestro.
v  Controlar las insignias y condecoraciones ostentadas por los hermanos y que ocupen el sitial y las Columnas que les corresponde.
v  Circular la Caja de Balotas para las votaciones secretas y anunciar el resultado de las votaciones publicas.
v  Introducir a los visitadores y estar siempre atento a las órdenes de los Oficiales Principales.
v  Al finalizar los trabajos y deshecha la Cadena Fraternal, debe conducir fuera del Templo al Venerable Maestro antes de la salida de cualquier otro hermano.
v  En los Banquetes cuidaran que tanto los Oficiales como visitadores y demás hermanos ocupen sus respectivos lugares.
v  El Maestro de Ceremonias es también el encargado de hacer firmar las actas después de ser leídas por el Secretario y aprobadas por los presentes en la Tenida, se debe hacer en el siguiente orden: Venerable Maestro, Primer Vigilante, Segundo Vigilante, Capellán, Secretario.
v  También es el encargado de llevar los mensajes del o al Venerable Maestro, cuando estos no deben transmitirse por medio de los Vigilantes.
v  Como en Logia  casi nunca recibe más ordenes que del Venerable Maestro, jamás debe perder de vista al Oriente, para que con una sencilla mirada o signo del Venerable Maestro pueda ir a ejecutar sus ordenes inmediatamente.


Su Joya son DOS VARAS CRUZADAS que denotan ORDEN Y DECENCIA, la rectitud con que debe dirigir las ceremonias ritualisticas que le ordene el Venerable Maestro. Como atributo de su cargo y desde tiempos inmemoriales, los Maestros de Ceremonias portan una Vara.


EL TABLERO DEL JUEGO MUNDIAL ( 13 JUGADAS )

El TABLERO DEL LA DICTADURA MUNDIAL



sábado, 5 de septiembre de 2015

Aqui termina tu HILO ROJO..................




La leyenda del hilo rojo

 
"
Cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse tienen un hilo rojo atado en sus dedos. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado, a pesar del tiempo y la distancia. No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá.Este hilo lleva contigo desde tu nacimiento y te acompañará, tensado en mayor o menor medida, más o menos enredado, a lo largo de toda tu vida. Así es que, el Abuelo de la Luna, cada noche sale a conocer a los recién nacidos y a atarles un hilo rojo a su dedo, un hilo que decidirá su futuro, un hilo que guiará estas almas para que nunca se pierdan…La leyenda versa así:
"Hace mucho mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.
Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente."
 
 
Esta leyenda está tan arraigada en las culturas orientales que millones de personas llevan unidas a ellas un hilo rojo verdadero.
Aunque no hay claridad sobre si el origen es chino o japonés, se dice que la leyenda comenzó al conocer que la arteria ulnar conecta el dedo meñique (otras fuentes hablan del anular, lo que tiene más tradición en nuestra cultura) con el corazón, fuente de vida y eternamente concebido como el hogar del amor…
 
 
 
Un hilo rojo al que no podremos imponer nuestros caprichos ni nuestra ignorancia, un hilo rojo que no podremos romper ni deshilachar. Un hilo rojo directo al corazón, que conecta a los amores eternos, a los profundos, esos que simbolizan el antes y por los que no hay después.
 
El amor de una madre, de un padre, de un hermano, de un niño, de un amigo, de un hombre o de una mujer… Un hilo rojo que simboliza el amor y el interés común

jueves, 3 de septiembre de 2015

RUIDOS EN LA ESTACION DE TIRSO DE MOLINA


 
RUIDOS EN LA ESTACION
TIRSO DE MOLINA (MADRID)
 
 
Excavar en el subsuelo de la ciudad para construir una red de metro tan extensa como la de Madrid genera innumerables anécdotas. Sin embargo, muy pocas son tan especiales como el misterio que se esconde tras los muros de los andenes de la estación de Tirso de Molina
 
Esta estación, que fue inaugurada en 1921 bajo el nombre de Progreso, se encuentra bajo una plaza. Ese terreno había albergado el Convento de la Merced hasta 1834, cuando fue abandonado y derruido tras la desamortización de Mendizábal. El solar se convirtió en la plaza del Progreso, hoy bautizada como Tirso de Molina, ya que el escritor fue uno de los frailes que vivió en el convento.

 
Casi un siglo después, cuando los obreros que construían la Línea 1 del metro madrileño comenzaron a excavar bajo la plaza, huyeron despavoridos tras descubrir varios esqueletos en una de las paredes que estaban picando. Se trataba de los restos de los frailes que habían sido enterrados en el pequeño y olvidado cementerio del convento.

 
 
Tras el hallazgo, las autoridades no se ponían de acuerdo acerca de qué hacer con los restos humanos, así que optaron por depositarlos tras las paredes de los andenes de la estación, antes de cubrirlas con azulejos, lo que contribuyó a difundir algunas leyendas acerca de los extraños ruidos que podían escucharse en la estación.
 
Con el tiempo, esta macabra anécdota fue cayendo en el olvido, mientras, más de 90 años después, los restos de los monjes siguen descansando a escasos metros de los miles de pasajeros que cada año transitan en la Línea 1.