sábado, 5 de abril de 2014

Morituri


Morituri




Vespasiano inauguró la dinastía Flavia en el año 69 d.de C escogido por los guardias pretorianos, cual era ya costumbre en el Imperio. Con su principado terminó el caótico período de los cuatro emperadores y se restauró la confianza en el futuro de Roma, así como el orden y la necesaria paz, todo lo cual devolvió la prosperidad que los últimos Julio-Claudios, especialmente Nerón, habían perdido. Su hijo, Tito, heredó una economía saneada, una Britannia sometida y una Judea definitivamente pacificada, así como los frutos de la prosperidad económica que se plasmaron en una serie de atrevimientos edilicios en Roma, el centro del mundo civilizado, entre los que destacó el Anfiteatro Flavio, más conocido como Coliseo. La gran popularidad que disfrutó Tito durante su corto reinado se la debió a la disminución de la presión fiscal y, sobre todo, a la pre-inauguración del Coliseo. Pero dos años después, Tito moría en extrañas circunstancias y heredaba el principado su oscuro hermano, Domiciano, quien no contó con tanta popularidad ni entre el Senado ni entre el pueblo de Roma. Muchas cosas ocurrieron en los seis años de reinado de este emperador, la mayoría de las cuales vienen señaladas o sugeridas en esta obra coral que nos cuenta un supuesto intento de magnicidio contra Domiciano perpetrado por una facción senatorial antiflavia; un complot que girará en torno a las jornadas de la definitiva inauguración del Coliseo. No estamos ante una simple historia de gladiadores y bestias, sino ante un relato de extrema crudeza, meticulosamente documentado que expone sin tapujos al lector lo que de verdad sucedía sobre la arena durante las más que largas jornadas de panem et circenses. Una ficción histórica verosímil que, en definitiva, engancha al lector desde la primera página para no soltarlo hasta el impredecible final y que cuenta con el toque personal de su autor, verdaderamente obsesionado con ofrecer un paseo costumbrista y real de la vida cotidiana en la Roma flavia.
 
 
SINOPSIS: El emperador Domiciano va a inaugurar por fin el Anfiteatro Flavio ofreciéndole al pueblo unos juegos nunca vistos en Roma. Elpidio, un liberto de su máxima confianza, será el encargado de la organización de los mismos y el último responsable si algo sale mal. Para garantizar el éxito del espectáculo, Elpidio contratará los servicios de Társilo, un bestiario de gran profesionalidad pero que le ofrece poca confianza. Mientras la plebe espera los magníficos juegos con impaciencia, el descontento divide al senado y se prepara un complot para asesinar al emperador durante el espectáculo. Elpidio tendrá que redoblar sus esfuerzos para coordinar los juegos y evitar el magnicidio. Una vez más, Francisco Gijón nos sorprende con una obra coral que nos permitirá conocer mejor a personajes insólitos y observarlos desde una nueva perspectiva. El poeta Marcial, el satírico Juvenal, el general Agrícola o el futuro emperador Trajano son solo algunos de los personajes que se involucrarán en la trama hasta su desconcertante final. Pero el autor va más allá y, siguiendo su costumbre de documentarse hasta el más mínimo detalle, aprovechará la trama de la novela para descubrirnos minuciosamente un mundo poco conocido para el lector contemporáneo: el del circo romano. Y lo hará nada menos que describiéndonos dos jornadas consecutivas de juegos en la arena del que será conocido algún día como El coliseo. Ningún lector quedará indiferente ante las decenas de espectáculos insólitos, extravagantes y tremendamente cruentos que hallará en estas páginas.

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