La ciudad perdida de Z: La trágica expedición Fawcett de 1925.
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El teniente coronel Percival Harrison Fawcett (Torquay, Inglaterra, 18 de agosto 1867-¿Río Xingú?, Brasil, 29 de mayo 1925) fue un militar, arqueólogo y explorador británico. Junto con su hijo Jack y el amigo de este, Raleigh Rimell, Fawcett desapareció en circunstancias desconocidas en 1925 durante una expedición para encontrar «Z» –como él llamaba a una antigua ciudad perdidaque creía ser El Dorado, en la selva inexplorada de Brasil
Fawcett había estudiado antiguas leyendas y archivos históricos, convenciéndose de que una ciudad perdida existió en algún lugar de la región de Mato Grosso, una ciudad, a la que puso el nombre de «Z». Según el propio Fawcett, su principal fuente escrita era un documento portugués del siglo XVIII, dejado por un grupo de cazadores de fortuna que anduvieron durante diez años por regiones interiores de Brasil, descubriendo finalmente una antigua ciudad en ruinas, la ciudad perdida del Manuscrito 512. Para Fawcett, aquella ciudad, o ciudad de Raposo, como prefería llamarla, era una de las varias ciudades perdidas del Brasil, remanentes de una vieja civilización, la Atlántida, cuyo pueblo había degenerado, pero aún conservaba vestigios de un pasado olvidado, en momias, pergaminos y láminas de metal cinceladas.
Otro testimonio de la existencia de aquella civilización prehistórica lo representaba para Fawcett una extraña estatuilla de basalto negro, de 25 cm de alto, cuyo origen no se pudo identificar claramente. Fawcett la obtuvo de su amigo H. Rider Haggard y la llevaba consigo en su última expedición. Tras recurrir a la ayuda de un psicometrista, según relata Fawcett, averiguó que la estatuilla era de origen atlante.
En 1921 Fawcett emprendió una expedición por Bahía, guiándose tanto por el Manuscrito 512 como por el testimonio de otro viajero británico, el coronel O´Sullivan Beare, ex cónsul en Río de Janeiro, quien afirmaba haber visitado una ciudad perdida parecida a la del Manuscrito 512, a pocos días de camino de la ciudad de Salvador de Bahía.
Según menciona Fawcett en su libro, después de recorrer la región del río Gongogi logró reunir nuevos testimonios de la existencia de ciudades perdidas.
La ciudad perdida de Z
En 2005 David Grann, reportero titular de la revista The New Yorker, visitó la tribu kalapalo y descubrió que esta había transmitido una historia oral sobre Fawcett, uno de los primeros blancos que la tribu había visto. La historia oral decía que Fawcett y su grupo se habían quedado en su pueblo y luego se habían marchado en dirección hacia el este. Los kalapalos advirtieron a Fawcett y sus compañeros que no tomaran ese camino, pues serían muertos por los «indios feroces» que ocupaban aquel territorio. Sin embargo, Fawcett insistió en ir. Los kalapalos observaron el humo de la fogata de la expedición cada tarde durante cinco días antes de que desapareciera. Los kalapalos dijeron que estaban seguros de que los indios feroces los habían matado.15 El artículo también relata que una civilización monumental llamada Kuhikugu realmente pudo haber existido cerca de donde Fawcett buscaba, como fue descubierto recientemente por el arqueólogo Michael Heckenberger y otros.16 Los hallazgos de Grann están detallados en su libro The Lost City of Z (2009).
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