jueves, 9 de octubre de 2014

EL DESAFIO DE NUESTRO CEREBRO

EL DESAFIO DE NUESTRO CEREBRO







 
Según apunta la experta en neurodesarrollo infantil Rosina Uriarte, autora del blog Psicología y pedagogía, todo tiene mucho que ver con los hemisferios en los que está dividido el cerebro.
El hemisferio izquierdo, llamado también “simbólico” o “lógico”, es el que controla el lenguaje y el procesamiento secuencial de la información. Por su parte, el hemisferio derecho, llamado “visual” u “holístico”, se encarga de procesar la información con datos visuales y espaciales.


“Cuando aprendemos a leer de pequeños, por ejemplo con técnicas de estimulación temprana, usamos el hemisferio derecho. Así, el niño pequeño es capaz de reconocer palabras completas y poco a poco va asociando la grafía de estas palabras a sus sonidos, para luego aprender a leer palabras nuevas por sí mismo”.
 
Sin embargo hay un momento en el proceso de aprender a leer (en torno a los 6 -7 años) que hace que el hemisferio derecho ceda el testigo al hemisferio izquierdo. La lectura que se realiza entonces implica decodificar símbolos individuales, construir palabras a partir de letras y estructuras basadas en la fonética.
Y así será durante el resto de nuestra vida: el hemisferio izquierdo analiza las letras, las descifra y las lee, mientras el derecho ve el conjunto de las letras como una imagen visual. Y ambos están constantemente colaborando entre ellos.
“En la lectura de estas palabras desordenadas, el hemisferio izquierdo interpreta las letras y lee el significado propiamente dicho, pero el derecho reconoce las palabras como un todo, como una imagen, por lo que impide que el desorden en las letras entorpezca la lectura”
 
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Seguro que recuerdan también este otro ejemplo, que demuestra cómo compiten ambos hemisferios a la hora de la lectura y cómo existe también un hemisferio dominante. En este caso el hemisferio izquierdo, el que interpreta las letras, intenta imponerse sobre la labor del hemisferio subdominante, el derecho, cuyo cometido es en este caso reconocer el color visualmente.
También ocurre en el caso de números en lugar de algunas letras. Un estudio realizado en 2007 encontró que la lectura de estos pasajes apenas activa las áreas cerebrales que corresponden a los dígitos. Esto sugiere que la apariencia, así como su contexto, tiene una mayor influencia en nuestro cerebro que su estado actual como dígitos.
Se cree, aunque no está probado, que debe de existir algún tipo de mecanismo de retroalimentación entre ambos hemisferios cerebrales para normalizar la información visual, lo que nos permite hacer caso omiso de los números y leer el pasaje con la facilidad de si fueran letras.

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